Hombre, muchas no sé, pero la suya propia en cuestión, sí. No es que anduviese yo muy preocupada por el qué y el cómo de Pazzos (aunque sí que en más de una ocasión tuve mis dudas sobre su raciocinio) pero con el hecho relatado, ciérrolas todas.
Por si le sirve de consuelo, yo me introduje un hueso de aceituna en casa de unos amigos, ya que no encontraba un cenicero para deshacerme de él, y tardaron unas cuantas horas en extraerlo de la fosa nasal. De ahí también lo mío...
Hombre, muchas no sé, pero la suya propia en cuestión, sí. No es que anduviese yo muy preocupada por el qué y el cómo de Pazzos (aunque sí que en más de una ocasión tuve mis dudas sobre su raciocinio) pero con el hecho relatado, ciérrolas todas.
ResponderEliminarPor si le sirve de consuelo, yo me introduje un hueso de aceituna en casa de unos amigos, ya que no encontraba un cenicero para deshacerme de él, y tardaron unas cuantas horas en extraerlo de la fosa nasal. De ahí también lo mío...
Besos!
¡Ay! ¿Y lo qué has ganado con aquella lobotomía?
EliminarSí, pero arrastro desde entonces los espolones. Y es duro de llevar.
ResponderEliminar... el oido mal, ... y el 5º sentido, qué pasó ?? ... simple curiosidad ... Xhrst.
ResponderEliminarBasta aplicar el sentido común para saber qué le pasó al quinto.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarSi se sacara el lápiz de la oreja, y publicara algo nuevo, lo bien que nos iría...
ResponderEliminar¡Buff, qué pereza!
ResponderEliminarTodo es ponerse...
EliminarY cuando jugabas a eso del telefono con susurros???
ResponderEliminarEsadelblog
Me descalificaban por tramposo.
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