Gao Ping, ese chinorri tan asquerosamente rico que cuando quería encender sus puros le prendía fuego a un Picasso y que para celebrar su primer trillón de yuanes se comió al Tío Gilito laqueado al estilo de Pekín, era hasta hace poco un simple marchante de arte. Ahora no, ahora él mismo es un artista consagrado, un referente para todas la vanguardias que ha dejado a la calavera de diamantes de Damien Hirst a la altura de un souvenir de chichinagua de una tienda de heavys.
Su obra maestra "El carrito de supermercado abarrotado de Euros" se ha convertido en sólo unos días en el icono que va a representar el Arte del Siglo XXI para la posteridad. Esta pieza elaborada en técnica mixta de alambre anodizado y papel-moneda encarna y sintetiza los valores de nuestra sociedad actual: Dinero y Mercados. Y ha ennoblecido un objeto tan cotidiano como el carrito de la compra de la misma manera que, a principios del siglo pasado, Marcel Duchamp transformara en objeto artístico un urinario. El acto de comprar ha transcendido y en vez de para cubrir una necesidad cuando me paseo por los pasillos del Mercadona empujo mi carrito muy ufano porque siento que estoy realizando una performance de tetrabricks y cajas de krispis y voy llenándolo de bloques de chopped y barritas de cangrejo como si fuesen lingotes de oro y platino.
Lo esencial para transformar cualquier cosa en obra de arte es saber escoger un marco bonito y el entorno en que lo expones. Un amigo mío pintor se quejaba siempre de que no podía exponer porque no tenía dinero para enmarcar. Y es que la obra en sí no vale nada, lo que la pone en valor es el marquito, tú pones un Degas en mi salón encima de la tele y no te dice nada, y las visitas chismorrearán de lo hortera que me estoy volviendo. Lo pones en el Guggenheim y la gente hace colas para verlo.
Gao Ping era muy consciente del valor que confiere la presentación, el envoltorio. Esos diamantes que guardaba estuchados para que no se rayaran valen el doble sólo por ese extraño estuche cónico. Y Gao Ping hizo lo mismo con la pasta, Todo ese montón de billetes expuestos en las estanterías del Banco de España no despertarían en nosotros la menor respuesta emocional y miraríamos para ellos con el mismo aburrimiento con el que los trasiegan los empleados de Prosegur (con la excepción del Dioni que se le disparaba la imaginación y veía mulatas donde sus compañeros sólo veían pilas de trabajo). Al meter los billetes en un carrito de la compra en un arranque de genialidad Gao Ping ha traspasado todas las fronteras de lo conceptual y ha sabido atraer hacía sí todas las miradas. Porque ese carro es de un valor incalculable, yo mismo sería capaz de sacrificar toda mi inmensa fortuna por tenerlo. Y como toda obra de arte inmortal para alcanzar un resultado sublime es preciso mucho sacrificio. Para conseguir llenar ese carro ha sido necesario tanto dolor y sufrimiento como para construir una Pirámide. Detrás de cada billete hay litros de sudor, hay muchas lágrimas derramadas, muchas noches en vela cosiendo y ha habido que tragarse mucha más baba y semen que el que se traga en todas las películas de Nacho Vidal juntas.
Gao Ping era muy consciente del valor que confiere la presentación, el envoltorio. Esos diamantes que guardaba estuchados para que no se rayaran valen el doble sólo por ese extraño estuche cónico. Y Gao Ping hizo lo mismo con la pasta, Todo ese montón de billetes expuestos en las estanterías del Banco de España no despertarían en nosotros la menor respuesta emocional y miraríamos para ellos con el mismo aburrimiento con el que los trasiegan los empleados de Prosegur (con la excepción del Dioni que se le disparaba la imaginación y veía mulatas donde sus compañeros sólo veían pilas de trabajo). Al meter los billetes en un carrito de la compra en un arranque de genialidad Gao Ping ha traspasado todas las fronteras de lo conceptual y ha sabido atraer hacía sí todas las miradas. Porque ese carro es de un valor incalculable, yo mismo sería capaz de sacrificar toda mi inmensa fortuna por tenerlo. Y como toda obra de arte inmortal para alcanzar un resultado sublime es preciso mucho sacrificio. Para conseguir llenar ese carro ha sido necesario tanto dolor y sufrimiento como para construir una Pirámide. Detrás de cada billete hay litros de sudor, hay muchas lágrimas derramadas, muchas noches en vela cosiendo y ha habido que tragarse mucha más baba y semen que el que se traga en todas las películas de Nacho Vidal juntas.
Pero somos un país ingrato que no conforme con ignorar a los artistas los encarcelamos y la Policía, en un alarde de creatividad, ha puesto al carro patas arriba dejando al artista dentro y ha transformado las barritas del carrito en los barrotes de una prisión. Como en las películas de serie B siempre que hay un chino hay una conjura. Según mis fuentes generalmente bien informadas el chino Gao Ping y el americano Adelson tenían planeado asociarse para aprovechar los contactos con el mundillo de la Cultura del galerista y que les dejasen montar su casino en el Museo del Prado. Lo de Alcorcón era sólo para despistar. Adelson pondría los naipes y Gao Ping el marco que es lo suyo. Nada de recrear Venecia como en Las Vegas, ni construir un rascacielos en forma de junco como en Singapur. En pleno Madrid ya tenemos un "marco incomparable" para instalar en las amplias salas de nuestra pinacoteca las ruletas, las mesas de black jack y unos trileros para dar la nota de sabor local. En los sótanos del Prado todavía sobraría sitio para un taller con máquinas de coser. ¿No me diréis que Recreativos Goya no suena bien? Así, cuando le dieras a la palanca de la tragaperras si consiguieses juntar las cerezas del JackPot te llevarías de premio a casa Las Meninas de Velázquez o, si lo prefieres, una muñeca hinchable con la misma boquita que Esperanza Aguirre.
Dios los cria y ellos se juntan-Vamos a ver en que queda todo esto.Porque la cosa tiene tela...y los siento por estos pobres esclavos que han enriquecido a estos usureros y corruptos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bertha, la alianza Adelson-Gao Ping es pura invención. Aunque tampoco me extrañaría nada...
ResponderEliminarOtro abrazo pá ti.
Claro que si, dónde va usted a parar... Donde esté un carro de la compra para guardar el dinero, que se quite cualquier caja fuerte. Ni punto de comparación estéticamente hablando...
ResponderEliminarSaludos.
Para la calderilla es mejor coger la cesta del hipermercado que si no se cuela por las rendijas.
EliminarMira, Pazzos de mis entretelas. Será que este marco tuyo, a tu blog me refiero, no es lo suficiente maravilloso para que tus letras, que son PURO ARTE, te catapulten a la fama como el mejor escritor bloguyerto de todos los tiempos. Será eso, porque mi niño, este es el mejor texto que has escrito desde que soy mujer, y de eso hace ya un tiempo.
ResponderEliminarNecesito pasta para hacerte de mecenas, necesito un buen padrino para bautizarte, pero como no tengo ni lo uno ni lo otro, solo me queda decirte que te beso en el culo, y eso que es gordo y peludo, para confirmarte mi admiración por tus textos.
Te sales, pedazopazzos. Con este texto te podrías hacer rico, cachoperro!!!
Muaaaaaaaaaaaaaaaaa, (puaj, qué asco!! jamás besé un culo...)
Ya te expliqué que esto está muy mal escrito, sólo un desvergonzado publicaría algo tan inconexo y mal redactado pero ya te conté que espero desbloquearme aunque sea escribiendo tonterías. Tu falta de criterio es muy consoladora por otro lado :P Gracias.
Eliminarbloguyerto=bloguero... sorry!!
ResponderEliminarBloguyerto: Dícese del blogero cubierto de yogur para hacer menos amargo el trago de lamerle el trasero en un arrebato de adulación y fervor incontenibles.
EliminarDesde hace algunos años tengo una poderosa intuición-certeza: sé dónde fabrica Gao Ping sus carritos, dónde los llena de billetes y por dónde los saca a rodar sin levantar sospechas. A la policía parece no interesarle esta información (con la punta del iceberg tienen bastante), pero si usted quiere saber más yo se lo cuento...
ResponderEliminarBesos & noodles.
Lo que me extraña es que no hayan arrestado todavía como cómplices al Pollo Morgan, a Rómulo el Guapo, la Moski o a la Quesito, todos ellos miembros destacados del clan de los Siau. Supongo que la conexión catalana del capo Mendoza algo tendrá que ver con esta impunidad.
EliminarLos besos con noodles acaban siempre como en La dama y el Vagabundo.
... si es que el mundo está podrido ... y mientras a los pobres tontos que somos el resto todavía nos piden austeridad, ... ala!! y a comprar a los xinos para llegar a fin de mes ... y lo que no sabemos ... como dicen por ahí: a quien hay que españolizar es a todos esos de los paraisos fiscales. (Xhrst)
ResponderEliminarXhrst, me presento voluntario a eso de españolizar las islas Barbados, las Seychelles, las Maldivas, y si se ponen hasta las Bermudas en pantalón corto y las Caimán si me regalan un polo con cocodrilo.
EliminarAusteridad es la virtud de ahorrar sacando las novelas de Paul Auster de la biblioteca en lugar de comprarlas en tapa dura.
Vale Gordo; Prefiero "recreativos Goya" a "recreativos Franco" (que antiguos somos, ni siquiera pillaran el juego de palabras, que nosotros conocimos a los dos)somos un país de golfos y de Pícaros (que pa eso inventamos la palabra) y claro, un chino curtido en hostias y miserias milenarias, encuentra su "El dorado" aquí con facilidad....demasiada que hasta se vuelve confiado y se relaja.
ResponderEliminarEso si, el icono del carrito queda, Dalí no lo hubiese hecho mejor.
Y eso que de hacer iconos con el arte y el dinero nadie sabía más que el bigote de Avida Dollars
EliminarGordo, Snif... repasando los comentarios que te ponen veo que ya no me quieres como antes....pensé que lo de tu culo gordo y peludo solo lo conocía yo...ya lo enseñas a cualquiera y no solo en el vestuario de hombres machotes, Snif..
ResponderEliminarLo de los pelos de mi culo empieza a ser de dominio público. Cualquier mal día me los expropian...
EliminarEl que te llama gordo, me tiene celetes. Dile de mis partes, que tranquilo, que yo te quiero bien. Y que a ver cuando nos tomamos unas cervecicas juntos y me explicáis lo de recreativos Goya y Franco, y así me sentiré más vuestra.
ResponderEliminarUn beso doble, uno para cada uno, mua-mua!!!
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Eliminar¡Vaya cocktail vosotros dos juntos!
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