A veces pienso que los que somos medio bobos y andamos todo el día con la lengua fuera corremos el riesgo de que se nos quede pegada cualquier día al intentar chupar una farola, atrapada en una contradicción, en una mentira, en un malentendido.
Y entonces nos apetecería arrancárnosla a mordiscos, dejar sólo en la boca un muñón de lengua, una boca tan vacía y reseca como la cuenca de un tuerto. Una boca yerma de palabras resbaladizas y ponzoñosas.
Quizás sin lengua sea más fácil mantenerla cerrada y que así no entren moscas.
La bocaza sería la misma, con labios para besar, con dientes para morder, pero sin nada con lo que envenenar.
Claro que, una vez mudo... ¿cómo podría pedirte perdón?
Y entonces nos apetecería arrancárnosla a mordiscos, dejar sólo en la boca un muñón de lengua, una boca tan vacía y reseca como la cuenca de un tuerto. Una boca yerma de palabras resbaladizas y ponzoñosas.
Quizás sin lengua sea más fácil mantenerla cerrada y que así no entren moscas.
La bocaza sería la misma, con labios para besar, con dientes para morder, pero sin nada con lo que envenenar.
Claro que, una vez mudo... ¿cómo podría pedirte perdón?
Otra solución sería estirarla tanto como la del camaleón para poder meterla en el culo cuando hiciera falta.
Pero tambien sirve para algo mas divertido, cuando sonreimos asomarla.
ResponderEliminarTe deseo un Feliz 2012 y gracias por tu visita a mi rincon.
Besos.
Lunna.
Lunna, bienvenida, estás en tu casa. Puedes quitarte los tacones y aflojarte el corpiño, ponte cómoda.
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