viernes, febrero 03, 2012

Interferencias


 



Dos hombres del Gobierno muy bien vestidos e increíblemente amables llamaron a mi puerta.
–Hemos recibido una queja de uno de sus vecinos, dice que su cerebro le está provocando interferencias en la Wi-fi. Es imprescindible que cese en su actividad o tendremos que tomar medidas al respecto.
– ¡Vaya! –exclamé, frotándome la coronilla.
– ¡No  se rasque! Al rascarse incrementa el flujo sanguíneo de su cabeza y la interferencia se intensifica. Mire.
Y me enseñó la flecha de un medidor que llevaba en la mano y que fluctuaba en la zona roja hasta llegar al tope.
--Es más serio de lo que parecía –gruño el otro agente –Cuéntenos, ¿cómo empezó todo?
– ¡Ejem! Es un poco sonrojante confesarse ante dos desconocidos pero, a veces, cuando estoy solo en el cuarto de baño, me da por pensar.
– ¡Será cochino! ¡Que le da por pensar! ¡Que insensatez!
–  ¿Se considera usted un buen vecino?
– ¡Claro! Reciclo todo lo que puedo. Hasta la cera de los oídos.
–¿Recuerda usted que en una ocasión denunció a su vecino porque su perro no le dejaba dormir? yo mismo tuve que hacer un informe –y me volvió a mostrar el medidor en cuya pantalla ahora se leía: “el rompegüevos del 4º C no deja de presentar denuncias en comisaría”.
–Tuve que ejecutar a aquel perro con mis propias manos  --sollozó el otro hombre con los ojos húmedos.
–Aquel perro no me dejaba pegar ojo en toda la noche…
–Y se puede comparar eso con lo que está usted haciendo.  Ayer sin ir más lejos, su vecino se disponía a ver una película porno en su portátil y de repente las dos lesbianas comenzaron a discutir sobre la inmortalidad del alma.
–No se puede jugar con la erección de un hombre. Es un delito muy cruel y una cabronada imperdonable.
–Si yo no lo hago a propósito, son cosas que me vienen a la cabeza, así, de repente.
–Verá tenemos tres soluciones para un caso como el suyo, la quirúrgica, la farmacológica y la que más nos divierte –mientras pronunciaba estas últimas palabras retiró un poco la gabardina para mostrarme una porra metálica.
–Pero a ustedes, ¿estas cosas nunca les pasan? ¿No han pensado nunca, aunque sea sin querer?
– ¡Jamás!, es una de las primeras cosas que nos enseñan en la Academia de Policía.

5 comentarios:

  1. Hay demasiados cerebros esquematizados por la fusibilidad y un policía no iba a ser menos que cualquier otro ciudadano de a pie...
    Tú sigue pensando que algunos lo apreciamos. Sobre todo los que no somos tus vecinos...
    Abrazo.

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  2. ¿Algún problema con la policía local de tu pueblo? ¿Multa? ¿Te han quitado puntos? ¿Mucha pasta?
    ¡Ay!

    Besicos, muaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!

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  3. elvis, un día en privado te contaré la extrañísima interferencia que tuve con la viñeta de tu nick.

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  4. flower, la última multa que me pusieron quisieron cobrármela dos veces y con recargo

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