OPERACIÓN NAVAJA SUIZA
Asumámoslo. De una crisis tan profunda como la actual no se sale ni con rescates bancarios ni con tasas sobre los tupper. De una depresión como la nuestra sólo se sale de una manera: Con una guerra. Y ya que la guerra parece inevitable, escojamos al menos al enemigo.
Os expongo mi plan. Declaremos la guerra a Suiza. Como nosotros tenemos a la tropa muy desmotivada con el sueldo canijo, el rancho recortado y las balas racionadas mientras que ellos guardan cada uno un Cetme en el armario y cada año se van una semana por los Alpes de maniobras, el resultado es obvio: perdemos. Mandamos entonces a negociar el tratado de paz a cualquiera de nuestros políticos y como ninguno habla ni francés, ni alemán, ni italiano, ni romanche y el inglés lo aprendieron con los de Opening los suizos nos tangan con las capitulaciones y se anexionan todo el territorio español, al Rey lo sustituyen por un concejal de Berna y pasamos a ser un cantón más de la Confederación Helvética. Adoptaríamos el Franco Suizo como moneda en lugar del Euro y los nostálgicos de la Peseta proclamarían en los cafés: ¡Veis como con Franco se vive mejor!
Decía Julio Camba que en Suiza no hay suizos. El maestro Camba era un exagerado, hay suizos pero son pocos. Y tienen la manía de decidirlo todo mediante votación. Como nosotros ahora también somos helvéticos, y somos más, les ganamos todos los referendums. De esta manera y de una sola tacada nos hacemos con toda la Banca Suiza y de paso conseguimos un stock de relojes de cuco a muy buen precio. Y nadie nos lo va a cuestionar porque sus ciudadanos son muy respetuosos con las decisiones democráticas y lo que se elige por mayoría se asume y punto.
El único punto flaco que le encuentro a este proyecto y su mayor dificultad es como mosquear a los suizos hasta lograr que entren en guerra con nosotros, como terminar con su sempiterna neutralidad, que el mismo Julio César cruzó el Rubicón con ganas de marcha y lo único que consiguió es que le abriesen una cuenta corriente. Porque tú mandas a la Legión a tomar Ginebra y al cuarto gin tonic, por muy faltosos y sobones que se pongan los caballeros legionarios con las suizas, los suizos ni se van a inmutar. Los amenazas con una navaja de Albacete que mete miedo solo con abrirla y ellos, con una navajita multiusos que casi da risa te desmontan el carro blindado. Y es que los suizos no se alteran, no tienen sangre, lo que corre por sus venas es una infusión de flores de camomila y caramelitos de Ricola. Son impasibles, ven una vaca de color malva pastando y ni pestañean. Así que, por más veces que ese carnero mascota de la Legión viole a la cabritilla Blankita de Heidi no se van a dar por ultrajados. Porque nadie hay mejor que un suizo para hacerse el sueco y mirar para otro lado.
Sí, Pazzos, para salir de esta sólo nos queda la ficción. Y no solucionamos nada, pero nos reímos un poco. Al menos, eso no nos lo pueden quitar
ResponderEliminarkoolau, discrepo contigo (como siempre,je). Hay salida, hay otra salida. El restablecimiento de la honestidad personal y colectiva, una mejor gestión de los recursos y de los talentos, la rehabilitación de los mecanismos de control, la depuración de responsabilidades, el acceso a las instituciones de algunas personas con voluntad servicio público en lugar de lo que tenemos (que en algún sitio las debe haber).
EliminarNo estes dándoles idéas que después las ponen en práctica y sin hablar idiomas no se entiende nadie y después la lian parda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bertha, no te preocupes que lo que es a Suiza no la van a atacar por la "cuenta" que les trae.
EliminarTu plan no estaría nada mal si funcionase, pero... ¿y si nos sale el tiro por la culata y ganamos la guerra? Mira que todo puede pasar cuando se habla de España, y de ser así lo único que ganaríamos sería sumar un montón de suizos a la lista de parados, porque aquí sobran banqueros, y relojeros... para qué? si no hay dinero para comprar relojes...
ResponderEliminarSaludos.
Elvis, pero ¡si los suizos llevan sin perder (ni ganar) una guerra desde su misma fundación! y desde aquella que no se ha visto un suizo en la cola del paro.
ResponderEliminarGordo, yo conozco a algunos de esos que tu dices con voluntad de servicio público y que intentan ser honestos en su trabajo y con los demás, pero están" a pie de obra" cada vez llega un nuevo jefecillo local puesto a dedo, les llama vagos, les baja el sueldo y les amenaza con echarlos a a puta calle ( ya sabes de quien te hablo)y ahora ( a esos pocos honestos) los veo rendidos, entregados...resignados
ResponderEliminarBerto, sabes bien que hay gente que descarga su ineptitud en los empleados (perdón, súbditos) y que en mi propia casa a alguien la han mandado a la puta calle sin siquiera guardar las formas. Creo que es tiempo de recordar a Agustín García Calvo:
Eliminar...La cara del que sabe
Cuando veas al hombre de banca
dinámico y grave
que en la ranura de su coche
introduce la llave,
mientras habla con un cliente
importante,
y con mano segura
agarra el volante,
verás, si te fijas, en el cristal
la cara del que sabe.
En la escuela, al salir de recreo
al patio empujándose,
si ves a uno que lo llaman
el Capacobardes
que le escupe en la oreja al tonto
de la clase
y se planta aguardando
que el otro se arranque,
helados de vidrio verás allí
los ojos del que sabe.
O si ves por la turbia ventana
de frente a su amante
a la querida que, ya seca,
se aferra al cadáver
de su amor, y a cuchillo dice
«Como escapes,
te lo juro, aquí mismo
me siego el gaznate»,
grabado verás en la blanca piel
el signo del que sabe.
En la foto del jefe de estado
que fija el instante
en que él, sentado ante un decreto
de muerte de alguien,
en penoso deber la pluma
de oro blande,
cuando firme la firma
de un trazo la trace,
trazada en su frente la puedes ver
la marca del que sabe.
O si no, en el neón del espejo
del bar de 'My darling'
si ves al chulo que a su rubia
le dice, fumándole
de nariz, «Que nanay, nenita,
que tu padre,
y cuidao con el rímel,
que no se te empaste»,
posada en sus párpados la verás
la fuerza del que sabe.
Y si asomas, en fin, al estudio
de altos cristales
donde el cerebro de la empresa
dibuja los planes
de la ruta futura, y corre
recto el lápiz
y a derecho y a regla
los borra los árboles,
guiada verás de la pura ley
la mano del que sabe.
Todos tienen su idea: son ellos
los reyes del aire.
Y si tú ves que, cuando a todos
los cierre en la cárcel
de los versos y que la música
ya se apague,
yo me quedo a las nubes
mirando distante,
recuérdame y dime «La veo ahí
la cara del que sabe.
...vale Gordo...puñeteros poetas y demás gentes de mal vivir. un día de estos podías escribir algo así como ....y volvía yo de comprar el pan (aunque no te fíes que el Cabrón del Umbral lo mismo te pon una querella de ultra tumba)
ResponderEliminarPobre Umbral, cuando su famosa polémica del "He venido a hablar de mi libro" él quedó como un cabrón y, con el tiempo, hemos constatado que la auténtica arpía era la Milá.
ResponderEliminarTu plan me ha parecido magistral.
ResponderEliminarEl problema como bien dices, sería incitar a los suizos a la guerra.
En eso deberíamos concentrarnos.
Al fin que, la anexión a Suiza me parece mejor opción que el rescate!!
Y me quedo con: lo que corre por sus venas es una infusión de flores de camomila y caramelitos de Ricola
:D
Pebbles, a lo mejor en vez de una transfusión de dinero lo que necesitamos es que nos hagan una transfusión de sangre a ver si con la camomila nos tranquilizamos un poco, que andamos últimamente de lo más esstressadoss.
Eliminar