Según cuenta el historiador Heterodoto en sus famosos Annales, durante el V Milenio, para compensar la frivolidad y el despilfarro de la anterior fase económica expansiva, se implantó en todo el Universo el Sistema Monetario Digital patentado por un tal Shylock.
Dicha revolución económica suprimió el dinero como primitivo medio de pago y lo sustituyó por una especie de trueque carnal. Toda transacción comercial se sellaba con la amputación de un dedo del comprador que le era entregado al vendedor en presencia de un notario, el cual hacía las veces de cirujano, y que recibía como pago por su intermediación lo negro de las uñas.
Al ser la moneda de cambio un bien tan escaso y preciado se eliminó por completo la tan dañina compra compulsiva. De este modo tan simple se pretendía poner en valor las cosas que en verdad merecían la pena y así renunciar al gasto superfluo.
En aquella Era, bastaba echar un vistazo a las manos de un hombre para conocer su carácter, pues se distinguía con claridad al avaro del manirroto con sólo contar sus muñones.
Incluso la moda tuvo que adaptarse a los nuevos tiempos: las manoplas sustituyeron definitivamente a los guantes en las pasarelas de invierno y los anillos desaparecieron como complemento.
Los consumidores empezaron a meditar en exceso sus decisiones de compra; antes de desprenderse de su liquidez la retenían. Como toda retención de líquidos es siempre dañina se produjo una traumática contracción de la demanda, una caída en picado de las ventas y el Sistema, de nuevo, entró en crisis.
Como en todas las crisis financieras al final todos los dedos quedaron en poder de una pocas manos. Las de siempre.
Cuando reina la miseria el delito se multiplica. La policía era incapaz de resolver ningún crimen porque no encontraba nunca huellas dactilares.
El pueblo se levantó en masa liderado por los trabajadores de las serrerías que eran un colectivo muy concienciado. Estalló la revuelta de todos los parias de la Galaxia, en pie mutilada legión.
¡Bienaventurados los mancos, porque ellos harán la guerra a patadas!
Genial relato, Pazzos. En casi cuatro años vagando por el espacio sideral no has perdido tu forma admirable. Sigues siendo un gran ilusionista con las palabras
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ResponderEliminarSeñalaría con el dedo a los culpables de todo esto si no fuese porque acabo de llegar de las rebajas!
ResponderEliminarKooolau, tras 4 años en una incubadora espacial hacen perder las formas, se queda uno fondón.
ResponderEliminarTale, siempre estuvo feo señalar con el dedo. ¿Qué te has comprado?
Mis dos últimas compras fueron un cortauñas y un estupendo set de manicura.
ResponderEliminarHe descubierto que esto de escribir con los muñones por una parte es dificultoso, pero por la otra el roce de las teclas produce una especie de placer lúbrico.
Tale, entiendo que se te atasquen las teclas con los muñones pero, ¿con qué estás rozando la tecla espaciadora?
ResponderEliminarN o h a b í a c a í d o ! ! !.
ResponderEliminarO h! e s t o m e p e r m i t e u n a n u e v a c o m p r a!!!
M e v o y a l a s t i e n d a s . . . .
Mejor reserva tu último miembro para las compras en la ortopedia.
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