miércoles, mayo 30, 2012

Creatividad contable

¿Qué sabrán los mercados de mis déficits
ni de las causas de mi quiebra
y bancarrota?
¿qué sabrán los auditores de mis deudas,
a quién le debo todo
a quién no debo nada?
¿qué dirán de mis balances falseados
de las derrotas que atesoro cada noche
cuando me enfrento a un vaso solitario;
de las trampas contables que acumulo
mis triquiñuelas legales
para ocultar el estado de las cosas
ese fraude fiscal, ese delito
de falsearme a mí mismo los recuentos,
de trucar cada día los diarios
de no querer ver que hoy
si hago la caja
apenas sólo quedan cuatro reales?

Cuatro amigos reales
restan sólo,
eso es todo;
y dos de ellos
son, probablemente,
imaginarios.


21 comentarios:

  1. De triquiñuelas contables mejor no hablar... que nos puede salir un salpullido de ordago...

    ResponderEliminar
  2. El otro día fuí al urólogo para hacerme un recuento de espermatozoides. El doctor utilizó ese tono grave que usan los médicos para dar las malas noticias: "Tiene usted dos" --me dijo. ¿Y no son suficentes? --repliqué.

    Los espermatozoides y los amigos nos gustaría tenerlos por millones. Pero según dicen los que de ello saben los unos y los otros son cada vez más escasos. Aunque a todos nos gustaría poder presumir de un esperma y una pandilla de lo más brillante y numerosa, en realidad su calidad es más bien mediocre porque cada día son más perezosos y andan medio apalancados, apijotados y amuermadillos, desorientados.

    Lo malo no es que te queden sólo dos espermatozoides, lo peor es cuando entre ellos se llevan a matar porque acabas siempre con un horrible dolor de huevos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

      Eliminar
    2. Pues un espermatozoide para cada huevo y así no regañan.

      Eliminar
    3. Pues un espermatozoide para cada huevo y así no regañan.

      Eliminar
    4. Solución salomónica.

      Eliminar
  3. Elvis, no seré yo quien te baje ese órdago porque no ée si en Las Vegas se jugaría mucho al mus, pero yo a tí te veo pelín trilero

    ResponderEliminar
  4. Anónimo30/5/12

    Al final anda uno mas solo que la una Gordo, las cosas son así.

    ResponderEliminar
  5. Qué bueno, Pazzos!! Qué sabrán ellos de nuestras triquiñuelas? esas -tantas- que tenemos que acometer a diario... demasiadas a veces, eh. Vaya día llevo. Un besito.

    ResponderEliminar
  6. Berto, y a quien le echamos la culpa, ¿al trabajo, a la prisa, o a nosotros mismos? Por cierto, tú y yo debemos llevar 35 años flotando en el esperma (puaj, que imágenes más asquerosas se me ocurren a veces)

    ResponderEliminar
  7. Señorita Sunshine, este finde me bajo a Madrid a la feria, ya podías mover tus influencias para colarme en la fiesta esa de la embajada para forrarme de canapés hasta atragantarme. Te prometo que si me cuelas vendré eructado de casa.

    ResponderEliminar
  8. ¡Bravo! Poesía muy muy fina.
    (Aplausos)

    La lírica contable llevada a su máxima expresión.
    (Aplausos, gente haciendo la ola, paroxismo)

    ResponderEliminar
  9. Hombre Revenido, esperemos que la lírica contable no deje paso a una épica burocrática que nos conduzca a una tragedia insoslayable.

    Siempre me hizo gracia la forma de aplaudir de los primates, muchas gracias.

    ResponderEliminar
  10. Hola, Soy una de los dos imaginarios y quiero protestar, yo me sentía tan real como los otros dos, grrrrr......

    ResponderEliminar
  11. ¡¡¡Tremendo poeta estás hecho¡¡
    Pues sí, qué sabrán ellos... Procuraremos que sigan ignorantes para poder vivir medio tranquilos...
    Respecto a los amigos, pues yo tengo muy muy pocos, pero para mí son suficientes y sé que puedo contar con ellos siempre. Me lo han demostrado.

    Un beso, Pazzos.

    ResponderEliminar
  12. Qué bonito, querido.
    Qué sincero.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  13. Luna, a todos los replicantes que alunizáis por aquí os pasa lo mismo, os créeis seres reales cuando sólo sois el fruto de mi imaginación calenturienta. En su caso en concreto, muy calenturienta...

    ResponderEliminar
  14. Novicia, enhorabuena por tus amigos. No sé que me pasa que echo más en falta las amistades que los amores. Será la edad.

    ResponderEliminar
  15. Nancy, prepárese para la traca final. Tápese los odios, porque le van a rechinar.

    ResponderEliminar
  16. ¡Hala, te han llamado poeta! :-p

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Labios de monja no ofenden, Ernesto. Y Novicia no deja claro lo que quería decir con "tremendo".

      Eliminar