¡Ay, pobre! dirá alguna.
¡A ti lo que te pasa es que no tienes criterio! Dirán otros seguramente mejor informados.
El caso es que a mí me da lo mismo escuchar la 5ª de Beethoven y a continuación oír una canción de Miguel Bosé.
¡A ti lo que te pasa es que estás sordo! dirán los melómanos más recalcitrantes.
En serio, disfruto con casi todo. Me gusta tanto la alta cocina como un bocata de calamares. No le hago ascos a leer un Mortadelo después de empacharme de Borges y lo mismo me pilláis disfrutando con "Las invasiones bárbaras" o Ciudadano Kane que con Jim Carrey haciendo muecas.
Y es que como de todo (aunque tengo cierta debilidad por el pollo asado), mi dieta es omnívora y procuro gozar cuanto puedo de todos los placeres que la vida pone a mi alcance (siempre que no se trate de comer o escuchar bacalao ni de sexo homosexual).
Lo malo es que cuando paso del plano de los gustos al de las ideas me hago un lío. No tengo claro del todo si soy un anarquista o un reaccionario. Un anticapitalista o un monetarista converso. Un nacionalista escéptico o un cínico centralista. Si soy un agnóstico furibundo, un ateo reciclado o un místico en horas bajas. Porque todo lo encuentro razonable y a todo encuentro pegas. Se me equilibran y enredan las tesis con las antítesis sin alcanzar nunca una síntesis razonable por lo que nunca sé de que lado de la barricada ponerme.
Toda está zozobra me sume en un estado de perplejidad permanente (llamarlo estupidez sería mucho más preciso desde el punto de vista científico). Un asunto tan simple como decidir mi voto en una junta de vecinos me deja sumido en un debate interno agotador entre los pros y las contras de aprobar una derrama para arreglar la antena colectiva. Y tanta indecisión me tiene desgastao porque al final me abstengo, se aprueba la puta derrama y además de la congoja emocional que me generan mis indecisiones e incertidumbres, no hay manera de llegar a fin de mes
Usted aún no lo sabe, pero sus tendencias eclecticas son un lujo del que no puede presumir cualquiera, aunque sepamos que son muchos los que sin tenerlo, presumen de ello. Amplitud de miras, capacidad de adaptación y similares, que dicen ellos.
ResponderEliminarLo de la indecisión, le comprendo perfectamente, llega a ser un engorro de los grandes. Pero usted, llegada la necesidad, mienta como hacen otros con lo del eclecticismo y califiquese modestamente como "prudente". Ganará mucho, se lo aseguro.
Anónimo trasnochador, se lo aseguro, se gana mucho más "recalificando" como un imprudente.
EliminarHa sido, prácticamente, como leerme a mi misma.
ResponderEliminar;)
Pebbles, si puedes leerte a ti misma es que los tatuajes no los llevas en la espalda.
EliminarSus cambalaches por mis camelancias.
ResponderEliminarSu canastillo pequinés por mi chuletón imposible.
Sus síntesis por mis ectasias.
Su mano tendida a la incertidumbre por mis pies desnudos entre charcos de dudas.
Sus líos desleídos en mis besos, querido.
Con esos pies desnudos me marcaba un canastillo pequinés y hasta un palanquín de Sechuan lo mismo me da en un charco que en un jacuzzi. Su chuletón imposible lo dejaría para reponer fuerzas que las ectasias paradójicas de según que miembros son muy malas de curar.
EliminarSer tan adaptable es una gran ventaja. Aunque no entiendo porqué no te gusta el bacalao... Con tomate está muy rico...
ResponderEliminarAbrazo.
Elvis, aborrezco tanto el bacalao que en Portugal me limito a leer la parte derecha del menú.
EliminarManeras de estropear un tomate hay muchas. Esa es una.
Que comes de todo, que tu estómago no le hace ascos a nada, es una evidencia: no hay más que cruzarse contigo (rodearte sería mucho más cansao) por la calle
ResponderEliminarUn abrazo, Pazzos
Koolau, los que me conocéis estáis creando con vuestros comentarios falsas expectativas acerca del diámetro de mi cinturilla de avispa.
EliminarPor cierto, a un cinéfilo como tú ¿te gustó la peli "Las invasiones bárbaras"?
Pues sí, me gustó. Pero es casi un clásico. Ya tiene sus "añitos". Como nosotros, qué coño
EliminarTendrá sus años pero teniendo en cuenta que aún no he visto el Padrino I, ni la Vida de Brian esta peli me parece casi un estreno...
EliminarGordo, ye que con los años ya no nos importa reconocer que también nos gusta la pachanga o que a base de golpes (de la vida y ese coses) vamos perdiendo la vergüenza y no necesitamos argumentos, ni ideologies pa justificar nada,
ResponderEliminarAl pan pan y al vino.....¡Como locos!
Berto, pues a mí me gustaría tener las cosas un pelín más claras y poder practicar algún día eso que los del Opus llaman "la Santa Intolerancia". Pero no, en cuanto me creo que me he montado un sólida base estructural para mis convicciones se me derriten las bases y se me caen los palos del sombrajo.
EliminarYo también soy ecléctica, y quien me quiere me define como un poco desastre.
ResponderEliminarQuien no me quiere no me define...
ni me conoce.
Yo sólo me reconozco impulsiva ...y curiosa.
Y andar definiendo lo que uno es o no es y apuntándose a un bando o a otro da muchísima pereza.
Humm... también soy algo perezosa ¿ves?
Tesa, resumiendo: eres perezosa, curiosa, desastrosa, impulsivisosa y eclecticosa. ¡Casi ná!
EliminarPues a mí me pareces bastante centrado y responsable... Y "prudente", como han apuntado por arriba.
ResponderEliminarA mí me gusta esa variedad y esa imprevisibilidad. Igual que me gustan más los perros callejeros sin raza definida que los que tienen "pedigree". Mentiendo mejor con la gente indefinida que con los que se corresponden punto por punto con una definición de catálogo.
Novicia, "centrao", lo que se dice "centrao", tampoco. Y más que un perro descastado me gustaría parecer un gato de mil leches que entre lamerse las patas propias y lamer culos ajenos va un mundo.
EliminarYo también soy ecléctica, o sea, "rara". ¿Y? Al que no le guste.......... Ajoyagua! :P
ResponderEliminarBesitosssssss, pazzos.
Pd.: hace lustros que no me visitas. Y te echo de menos. Jo... :*** (lagrimones corriendo raudos y veloces cual gacelas por mis mejillas compunjidas)
*L*, vamos, que todos nos apuntamos al partido ecléctico, ¡Vaya por Dios!
ResponderEliminarEl mismo día que publicaste este comentario me había pegado una hartá de leerte pero sin dejar huella. Hoy te he dejado un par de lamparones en forma de comentarios.
(Me había hecho mucha gracia el vídeo de las llaves del borracho, cualquier día te pregunto como lo copio)
Pazzos a mi me caes fenomenal con todas tus dudas.....que lo sepas! :D
ResponderEliminargracias, Montse. Este finde me lo pasé cogiendo moras en el Maliaín, muy sabrosas sí pero menos fotogénicas que las tuyas.
EliminarJolín cuánto ecléctico, pues yo te agradezco haber añadido hoy una nueva palabra a mi vocabulario (cada día se aprende algo), y sí también me puedo identificar con ella y debido a ello me suelen calificar de prudente. Será por eso que me gusta tanto esa frase que dice: "nada es verdad y nada es mentira, todo depende del cristal con que se mira", pues bueno somos así. Hasta otra!!
ResponderEliminarAnónimo, te pongo otra crucecita y te apunto al club de los escépticos, que ya va por el millón. Hasta cuando quieras, esta es tu casa.
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