Kasparov se lanzó entonces a un ataque rabioso, desesperado, despiadado. Me defendí. Con mi frialdad de siempre.
El tablero parecía el escenario de una derrota encarnizada. Yo veía el campo de batalla medio blanco. Gary medio negro. Las piezas se apilaban en la caja como en una fosa común.
Cuando creyó que mi peón en la séptima fila estaba destinado irremisiblemente a convertirse en una nueva reina, se rindió. Junto con su rey se desplomó su orgullo sobre la mesa.
Humillado, el ogro de Bakú clavó en mí sus pupilas furibundas:
Cuando avistamos el planeta Júpiter quedamos fascinados por la lenta danza con la que se deslizaban sus lunas. Lo de lenta es un decir porque viajaban a miles de kilómetros por hora; pero, como las distancias son tan enormes parecían desplazarse con la parsimonia de un perezoso haciendo Tai-Chi.
Sozzap aplastó sus narices contra el cristal de la escotilla. El espectáculo de mocos y perdigones que se representaba como en un guiñol dentro de aquellas fosas nasales podría revolverle las tripas a un forense veterano.
Sincronizamos nuestra órbita con el satélite llamado Io, por aquel entonces una masa triste y gris, desprovista de luz, color y vida.
Sozzap contempló estupefacto como una hermosísima libélula empezó a dar vueltas alrededor de aquel astro muerto.
-Creo que a esta luna le vendría muy bien una manita de pintura. -Transmitió el insecto con sus antenas.
Cargó su aerógrafo con polvo de alas de mariposa, hielo de cometa y luz del Arco Iris. Se puso manos a la obra. -Creo que ganaría mucho con unos cuantos volcanes y unos ríos de lava color escarlata.
En sólo unas pasadas vertiginosas propulsada por el trajín de unas alas incansables logró barnizar aquel mundo yermo y dejarlo como aquí veis.
Una libélula más chiquita y encantadora voló dando tumbos juguetones y con una barrita de Plastidecor le dio el último toque a aquella obra maestra.
-Ven acá, Ning -le dijo la libélula a su cría. Y se alejó un poco para, a distancia, apreciar mejor el resultado.
-¡Qué chulo ha quedado! -¡Vámonos Ning!, nos esperan nuevos mundos que colorear.
Sozzap siguió el rastro de aquellas alas plateadas hasta que las devoró la negrura del tiempo y del espacio.
¡Volved! gritó rabioso, comprendiendo amargamente que el sonido no se propaga jamás en el vacío y por eso nunca hay eco en el espacio.
Desde aquel día, cada vez que Sozzap se asoma a la escotilla, sin poder evitarlo, sus ojos siempre se humedecen.
Para Mía Moore (siempre le sobraron letras a tu nombre).
Ya sabéis todos que Sozzap no es muy exigente en materia de sexo. Con tal de que sea pluricelular le vale casi cualquier cosa.
Pero en determinadas zonas del Universo lo tiene un poquito más crudo que de costumbre; sobre todo porque intentar consolidar un romance con las puritanas doncellas de la constelación de Virgo requiere una paciencia infinita pues el interminable cortejo puede durar varias generaciones.
Y aunque en estas ocasiones no le queda otro remedio, siendo como es el pobre, que pagar por sexo, siempre se ha negado a algo que, desde su peculiar código ético es mucho más grave y sórdido: Mentir por sexo.
Jamás le ha prometido a nadie: "Te amaré para siempre" o "Eres la kriptoniana de mi vida". Aunque es sincero y debéis creerle cuando afirma: "Nunca había visto tres ojos como los tuyos".
Sea como sea y por muy altas que sean las temperaturas en el planeta Lupanar, en estas aventuras y refriegas jamás se quita la escafandra, por si las moscas.
Otro video, para los que prefieren escuchar el disco de la vida por la cara B.
He tenido una revelación: he descubierto la fé verdadera. Tras muchos años de búsqueda de la verdad en las otras religiones por todo lo largo y ancho de este mundo por fin he encontrado en la Conchinchina una que da respuesta a todas mis preguntas: el caodaísmo.
La doctrina Cao Dai fue fundada en 1926 por el funcionario Ngo Minh Chieu. En su afán por no agraviar a nadie comparten sus altares Confucio, Jesucristo, Buda y Lao Tze. Cualquier otra divinidad también es bien recibida.
Entre sus principales santos figuran personajes tan dispares como Victor Hugo (uno de los más venerados), Descartes, Louis Pasteur, Lenin, Juana de Arco y William Shakespeare.
He visto la luz. Si alguno queréis seguirme en este camino de perfección y paz espiritual acompañadme, juntos fundaremos la sede de este culto en España. Y podremos añadir al santoral figuras como Viriato, Isabel la Católica, Torquemada y el Fary. Pero los caodaistas somos gente tan abierta y conciliadora que si queréis añadir a alguien a la lista admitiremos cualquier propuesta.
Hay que tener más destreza con el manillar que Dani Pedrosa para llevar de paquete una vaca ¡Vivita y coleando! Pero es que a los vietnamitas los paren ya a todos con la motocicleta entre las piernas. (Como habréis podido deducir por su baja calidad, las fotos son mías, sin manipulaciones, ni trucos de Photoshop)
Gracias por visitarme en mi ausencia. Poco a poco os iré contestando uno por uno.