La maldad de los yihadistas es una maldad falsa, impostada (lo que no quita para que sean unos auténticos hijos de puta).
Su barbarie es teatral, siempre con un ojo puesto a la galería, al contador de visitas del youtube. Son los jackass del terrorismo, la estupidez, la gomadós, el sadismo de cimitarra y burka, la soberbia de la sinrazón hecha espectáculo de masas.
La indiferencia de los medios de comunicación, la censura absoluta de cada uno de sus actos de propaganda, denunciar y bloquear a sus fuentes de financiación es la única respuesta sensata que puede dar el mundo civilizado.
Eso, e irlos matando uno a uno y en silencio.