jueves, junio 21, 2012

DESMEMORIAS DE UNA FASHION VICTIM - VI

Salí del Centro Reto tan flamante con mi nueva ropa deportiva que todo el mundo se volvía para admirarme. En la puerta de al lado acaban de reabrir un gimnasio. Antes se llamaba Clembuterol pero ahora lo han rebautizado como Steroids que suena mucho más moderno e internacional.

Un muchacho con un bíceps como mi cabeza me pasó una hoja de inscripción. Estaba toda en inglés: Aerobic, spinning, full contact, fitness, fist fucking... había mucho donde escoger. El chico debía ser también extranjero porque me preguntó que si iba a necesitar un "personal trainer". Cuando me lo tradujo le repliqué que a mi me vendría mejor si tuvieran un cardiólogo. También me sugirió que podía hacer un poco de Pilates. Yo soy de natural peludo y me veo más en el papel de Barrabás pero me reconfortó que además de todos esos deportes guiris  complementen sus actividades con representaciones de autos sacramentales.
Muy amablemente aquel joven me indicó que tenía a mi disposición una máquina de bebidas isotónicas pero yo le dije que me había traído un botijo de casa. Me lo requisó el muy cabrón. Afortunadamente llevaba escondida en mi bolsa de deporte una bota de vino camuflada entre las barritas energéticas de chorizo  que nada hay peor que deshidratarse con el ejercicio.

En la misma entrada del gimnasio tenían un aparato en forma de aspa para moldear el abdomen. El chisme aquel giraba comprimiéndome la tripa con unas barras. Estuve un ratito en la máquina aquella haciendo repeticiones, soñando ya con mi tableta de chocolate, hasta que el recepcionista me gritó que dejara de hacer el tonto con el molinete de acceso y entrara en el gimnasio de una puta vez.

Era una sala limpia y diáfana. Respiré hondo aquel olor a linimento y espire lentamente rezando  mi mantra inspirador: Mens sana in corpore chungo. Tengo una cultura clásica del deporte, mi mentalidad es casi olímpica. Busqué, sin encontrar, los elementos indispensables en un gimnasio: un plinto, un potro, unas espalderas. Ni rastro de eso, ni siquiera una cuerda colgada del techo. Intolerable la falta de equipamiento con lo que me había costado la matrícula.

Los cuerpos que por allí pululaban no parecían pertenecer a mi misma especie. Tenían hiperdesarrolladas partes del cuerpo de las que yo carezco por completo y, en cambio, no pude apreciar otras de las que a mí me sobran. Además parecían californianos de puro rubio y bronceados, deben de ser todos paisanos del recepcionista; llegan al gimnasio en patines, con los  auriculares puestos y se sincronizan con aquellos mecanismos con precisión de autómatas. Yo creo que lo hacen tan bien porque les va a dando instrucciones un sargento de la Legión por el pinganillo. Forcé mi oído para tratar de escuchar un cazallero y motivante: "Un, ó, é, áo, éshale cohone, mariquita, cien flezione más" pero cuando arrimé mi cabeza a la cabeza de uno, para escuchar mejor, el chicarrón  lo interpretó mal porque me dijo que me esperaba en la sauna. Intuyo que este es el monitor de fist fucking. Mejor paso. Me suena que eso es un deporte de contacto y ese tío tiene unas manazas como dos baldosas.

Todo estaba lleno de maquinitas cromadas, como sacacorchos de diseño, pero a escala humana. Parecía una cámara de torturas del Tercer Milenio. Todos aquellos resortes amenazaban con cercenarlo a uno en rodajitas de choped al menor descuido. Descarté todos aquellos aparatos por peligrosos, la bici estática por respeto a mi culo, el remo porque no encontraba lo bastante romántico el entorno y las mancuernas preferí ni tocarlas pues con ese nombre no podían augurar nada bueno; finalmente me decidí por una cinta de correr que fue lo más familiar que me encontré. Trotando sobre aquella alfombra rodante me sentí como mi hámster dando vueltas en su noria. Por cierto el muy cabrón me mordió anoche cuando bajé a la cocina. Como no quedaba nada en la nevera  intenté robarle su comida entre los barrotes. ¡Miserables roedores!¡Cómo se ponen  por un poquito pienso de más o de menos!
Con ese dedo herido e inflamado como el de ET traté de programar la máquina. El cuadro de mandos era como el de la nave de Star Trek. Escogí la opción "Trote Cochinero" que juzgué la más adecuada para mi actual estado de forma. (Sí, redondo también es una forma). No sé si me lié con los botones y me teletransporté a algún planeta caluroso porque, aunque a mí me pareció una eternidad, al cabo de cinco segundos ya estaba bañado en sudor así que, decidí parar cuando ya empezaba a pisarme los pulmones.

Para refrescarme fui a la piscina. La monitora de Aquagym me dirigió una mirada asesina cuando le arruiné 90 Euros de peluquería haciendo la bomba para entrar en el agua. Me pareció que me miraba mal. Soy una persona sensible y cariñosa que reacciona fatal ante la intimidación y la humedad. Alivié mis tensiones en la piscina y la gente huyó del agua al advertir una temperatura más cálida de lo habitual. Yo habría seguido allí chapoteando como un hipopótamo feliz pero la monitora me expulsó. No me había equivocado al juzgarla: una rencorosilla.

La muy cabrona era también mi monitora de fitness. Al borde de la piscina y a golpe de silbato consumó su venganza. Pero como ya os he aburrido mucho con tanto palabrerío os dejó con una filmación de lo que allí pasó. No vais a dar crédito a vuestros ojos.

16 comentarios:

  1. El vídeo es hipnótico. No puedo dejar de mirarlo. Incluso ahora tecleo mirando de refilón.

    Ese sargento interior que todos tenemos en la cabeza, en vista de que no hay guerra en el horizonte, se entretiene haciendo repeticiones en la cantina. Barra fija olímpica.

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  2. Ciertamente los gimnasios se han modernizado mucho en los últimos años. Lo suficiente como para que los botijos estén mal vistos... aunque estén llenos de Aquarius...
    Saludos.

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  3. Jajajaaaaa!!
    Leo y te estoy imaginando.
    Eres único contando historias :)

    Abrazo grande.

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  4. HombreRevenido, el vídeo es genial e imprescindible. Estoy entrenando al hámster para que haga lo mismo.

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  5. Elvis, si en el botijo metes un poquito de cerveza con casera que se quite el Red Bull.

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  6. montse cf, escuchar tu risa por aquí es el mejor de los regalos.

    Un megaabrazo para tí, otro para la tua mamma y otro para tu costilla que si no igual os coge pelusilla.

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  7. Le vamos cogiendo el gusto al fist fucking... No hay como entrenarse con disciplina para disfrutar sufriendo.

    Le dejo para su solaz el prólogo al octavo capítulo de "Diez años foca en un circo" (Julio de la Rosa):

    El público no quiere ver
    cómo le das vueltas a la pelotita.
    Quiere ver cómo te desangras haciéndolo.

    Besos y almizcle, en jugosa e hiperenergética combinación.

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  8. fist fucking??????
    Nenu, que pa mí que te has metido en otro sitio eh??? Ten cuidadito con la retaguardia y no te olvides nunca nunca nunca de llevarte unos gayumbos de acceso imposible desde atrás :P
    Me he reído mucho, pazzos. Muchas gracias :D
    Y un beso

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  9. Mrs Nancy Botwin, el fist fucking es el único arte marcial en el que lo que se rompe es más blando que el puño.

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  10. Novicia, pero si el Steroids es un sitio de lo más divertido y la gente es más juguetona... El otro día a uno se le cayó el jabón en la ducha y ahí que fueron todos a montar un trenecito y a bailar la conga.

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  11. Jajajaja, es que no te controlas de verdad eres canela fina. Me estoy riendo con los del trenecito Pazzos xD que te va a ganar una parcela en el purgatorio....pero me he reido muy agusto de verdad a divertido no te gana nadie!

    Feliz noche de San Juan.Iras de verbena no?

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  12. Sales muy favorecido en el video, no te creas. Un éxito lo del fitness y demás. Yo de ti, no lo dejaría. Consejo de amigu

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  13. Bertha, el único quemado este San Juan he sido yo, que mañana vuelvo de de vacaciones.

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  14. koolau, lo de esta monitora es el sadismo hecho mujer. Yo lo pongo todo, me dejo la piel en el pellejo, hago más abdominales que Aznar y ella lo único que me da son sardinas.

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  15. A mí me estropeas 90 euros de peluquería tirándote a bomba, y te hago una ahogadilla de dos minutos y medio.

    Besos glu, glu...

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  16. flower, ya sabes que contigo me lo paso mejor en el jacuzzi que haciendo la bomba desde el trampolín olímpico.

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