martes, septiembre 24, 2013

El público y la crítica

I- EL PÚBLICO

Porfirio era un gladiador dálmata famoso por sus proezas sexuales. El empresario del Coliseo, que notaba un bajón en la taquilla pues los romanos estaban aburridos de ver a los leones merendarse a los cristianos, decidió contratar a Porfirio y anunciar que a las cinco en punto de la tarde, cien vestales, ¡cien!, serían desvirgadas por el morlaco.
Las vírgenes se reclinaron desnudas sobre los cien triclinios puestos en fila alrededor de la arena. Porfirio se despojó de su capa y embistió a la primera doncella. La vestal gimió al sentir que le clavaban el estoque. El público, curioso, aplaudíó con timidez.
¡Porfirio!, ¡Porfirio!   animó un solitario entusiasta.
Repitió la faena con la segunda, con la tercera, al llegar a la décima (el público, sobre todo el madrileño, empezó a dudar de que nunca llegara la décima), se revolvió en sus asientos, pidió una almohadilla para el trasero y empezó a gritar:
¡Porfirio!, ¡Porfirio!
Las vírgenes dejaban de serlo por decenas, cayeron las treinta primeras, las cuarenta. Al llegar a la cincuenta, Porfirio se bebió un Red Bull mientras la afición coreaba:
¡Porfirio! ¡Porfirio!
Al cumplir con la número 69 incluyó una variante muy aplaudida por el respetable. Brindó la número 80 al público mirando al tendido, éste agradeció el gesto:
¡¡¡Porfirio!!!¡¡¡Porfirio!!!
Con la número 90 el circo se venía abajo:
¡PORFIRIO!¡PORFIRIO!
El público empezó a contar:
¡Noventaicuatro!¡Noventaicinco! o, para ser más rigurosos con la Historia.
¡XCVI!¡XCVII!¡XCVIII! ¡¡¡PORFIRIO!!! ¡¡¡PORFIRIO!!!
El 99 fue todo un número. La gente entusiasmada, en pie en las gradas, lanzaba al aire sus coronas de laurel, se abrazaba y vitoreaba:
¡¡¡PORFIRIO!!!¡¡¡PORFIRIO!!!¡¡¡PORFIRIO!!!

Frente a la última vestal, la que completaba la centena, al gladiador le da un jamacuco, revienta y se desploma muerto sobre la arena. Todo el público, muy enfadado, empezó a gritar a coro:

¡¡¡PORFIRIO MARICÓN!!!¡¡¡PORFIRIO MARICÓN!!!


8 comentarios:

  1. Nunca había escuchado la palabra triclinio, por lo que estuve buscando exactamente que artilugio era, (Más que nada por hacerme una composición de lugar y que fuera lo más fiel a su descripción) y ¡Ah! Cuál fue mi sorpresa al descubrir que su descripción no era correcta; su relato debería haber dicho:
    “Las vírgenes se reclinaron desnudas sobre los cien klinai puestos en fila….”
    Ya que un triclinio es la reunión de tres klinais, (¿Le suena de algo la palabra trió…?)
    Bien, aparte de esta pequeña minucia, lo que más me llena de curiosidad es saber si ese tipo de espectáculos es lo que ahora llamamos “Sesión golfa” o quizás sea sesión triple, o tal vez sesión continua….

    Reciba de mi parte una sesión continua de besos.

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    1. Tres tristes tirios trataban de trincar a un trío de troyanas en tres triclinios.

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  2. Eso significa, que ya en aquellos tiempos, el público era tremendamente resultadista... eso, o realmente Porfirio era maricón. Aunque me inclino más por la primera hipótesis, uno puede fingir durante un tiempo limitado, pero tanto...
    Saludos.

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    1. Elvis, cuanto más elevamos a nuestros héroes desde más alto los despeñamos.

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  3. La línea que separa el éxito y el fracaso es muy fina. Tanto como un himen.

    Lo siento por el bravo Porfirio, pero mucho más por la muchacha, que a buen seguro se había hecho ilusiones.

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    1. Tengo sospechas de que la centésima vestal era la Mesalina del vídeo y si compitió contra Scila fue para ganar la revancha a Porfirio.

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  4. Porquete Vas25/9/13

    Al soldado que fue corriendo desde Maratón a Atenas se le recuerda con admiración, pero al pobre Porfirio no lo recuerdan más que unos pocos intelectuales como usted. Qué injusta es la Historia.

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    1. La Historia es mujer. Y las mujeres nunca perdonan los gatillazos.

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