
De todos es sabido que los hindúes están bastante dispuestos a creer en casi cualquier cosa. Hablemos pues de literatura india.
No tengo por costumbre recomendar otros autores. Mi presunción no tolera que auténticos escritores eclipsen con su talento mis frivolidades. Creo que en el caso de estos dos novelistas merece la pena quebrar el precepto, y a mi vanidad que le vayan dando.
Vikas Swarup nos cuenta en "¿Quiere ser millonario?" como un muchacho de casta baja logra ganar la versión india del concurso que en España presenta Carlos Sobera. Aprovecha el relato del chico explicando como logró acertar las respuestas del programa para darnos una visión de la vida en India. Y lo hace de un modo ágil y entretenido. Justo Barón de Todos los Santos está en cierta forma inspirado en este personaje, Rama Mahoma Thomas, que aunó en su nombre y en su educación las enseñanzas de tres religiones.
Yann Martel escribió “La vida de Pi”. Martel nació accidentalmente en España con lo que, como le den el Nobel, es posible que lo veamos en un futuro incluido dentro de las antologías de literatura española.
“La vida de Pi” es una novela de supervivencia como "Robinson Crusoe", de lucha por la vida como "El viejo y el mar".
Las dos obras comparten un joven protagonista, un estilo sencillo, cierto fondo religioso ecumenista y bien intencionado, bastante acción y reflexiones al alcance de espíritus tan simples como el mío.
No comparto muchas de las ideas de los dos libros. Una cita de “La vida de Pi” me llamó la atención:
“El hecho de escoger la duda como filosofía de vida es como elegir la inmovilidad como forma de transporte”Para mí, que siempre he elegido la duda cartesiana como maestra en la vida, me hizo replantearme sobre que cimientos se asentaban mis convicciones. Y encontré sólo unos pocos pilares movedizos:
Creo que el mundo se explica mejor desde la ciencia que desde el mito o la revelación.
Creo que, como el intercambio de bienes contribuye a la riqueza de las naciones, el intercambio de ideas contribuye a la riqueza de las culturas.
Creo que la vida es más triste sin afectos.
Y tú, ¿todavía crees en algo?