domingo, octubre 08, 2006

EN EL NOMBRE DE LA CIENCIA


Un grupo de científicos emprendió uno de los experimentos más inútilmente crueles de la historia de la ciencia.
Tratando de descubrir el umbral que separa en los animales el altruismo del egoísmo, encerraron a una mona con su cría en una jaula de suelo metálico.
Calentaron el suelo de la jaula. Cuando alcanzaba una temperatura molesta, la mona tomó en sus brazos a su hija para protegerla. A medida que el calor se iba haciendo más insoportable la mona dudaba entre el bienestar de su hija y su propia supervivencia.
Cuando la quemazón era insufrible, la mona se subía sobre el cuerpo de su bebé, dejándolo achicharrarse con tal de salvarse ella.

Los seres humanos seríamos capaces de trepar sobre una pira de cadáveres nada más sentir un tibio calorcito en la planta de los pies.

4 comentarios:

  1. Qué mal rollo. Lo que tal vez nadie piense es que los animales tienen otra forma de razonar, y eso no implica crueldad: si estás en un entorno peligroso, quien más posibilidades tiene de morir es el más débil. Por tanto, si la mona adulta sobrevive el trance, y tiene alguna posibilidad más que la cría, compensará su sacrificio.

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  2. Habría que hacer un estudio sobre como reaccionan un grupo de hijosdeputa ante un descubrimiento absolutamente imbécil y su nivel de prutrefacta satisfacción científica

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  3. Anónimo12/10/06

    No sabia como expresar mi indignación, pero el detective amaestrado ha dicho exactamente lo que siento.

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  4. La verdad es que hay mucho aspirante a Doctor Mengele suelto por los laboratorios.

    Gracias a todos por pasar.

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