Cuentan los expertos que el jurado popular tenderá a condenar al acusado, aún en ausencia de pruebas, porque horrorizado ante la atrocidad del crimen, no puede tolerar nunca que éste quede impune.
En la sociedad actual necesitamos siempre un culpable, un responsable de toda desgracia que suceda aunque ésta sea inevitable, fruto del azar o de la acción incontrolable de la naturaleza. Necesitamos a alguien que pague por el desastre (esto lo aprovechan mucho los políticos cuando están en la oposición).
En nuestra vida personal también tenemos que buscar un culpable al que achacar nuestros males. En unas ocasiones optamos por echarles la culpa a los demás y descargamos en ellos nuestra ira. En otras nos culpamos a nosotros mismos.
En este último caso, considerando lo implacable del fiscal, las abrumadoras pruebas en contra, la existencia de un testigo siempre presencial, y la parcialidad e inclemencia del jurado, no lo dudes: Acabarás perdiendo el juicio.
En la sociedad actual necesitamos siempre un culpable, un responsable de toda desgracia que suceda aunque ésta sea inevitable, fruto del azar o de la acción incontrolable de la naturaleza. Necesitamos a alguien que pague por el desastre (esto lo aprovechan mucho los políticos cuando están en la oposición).
En nuestra vida personal también tenemos que buscar un culpable al que achacar nuestros males. En unas ocasiones optamos por echarles la culpa a los demás y descargamos en ellos nuestra ira. En otras nos culpamos a nosotros mismos.
En este último caso, considerando lo implacable del fiscal, las abrumadoras pruebas en contra, la existencia de un testigo siempre presencial, y la parcialidad e inclemencia del jurado, no lo dudes: Acabarás perdiendo el juicio.
Sr.Pazzos:
ResponderEliminarLeí y pensé, sobre ese jurado implacable que es nuestro yo.
Y si, tiene razón, tratándose de una personalidad compleja como la mia, siempre me encontraría culpable ¿será que ese yo se llama conciencia?, lo ignoro pero se, como ud. dice, siempre perdería "el juicio".
Loreto.
Querido chivo expiatorio...
ResponderEliminarBienvenida pies diminutos a este modesto blog. Y gracias por prestarme tus chanclas, esas tan fresquitas.
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